jueves, 13 de agosto de 2009
Entre luces
EL EPÍLOGO DE LAS TARDES
En un atardecer de invierno,
hemos quemado los recuerdos:
palabras, miradas y silencios.
Noche a noche
hemos destejido el cielo,
afanados por descansar en la razón
desabrazándonos a jirones.
En un atardecer de invierno,
ha rolado el viento de los dioses:
ya nunca seremos lo imprevisto.
Noche a noche
arrecia el amor pleno de luna,
y el beso esperado duerme su agonía
en el umbral del dolor adivinado.
Juana Hernández Conesa
Del poemario "UN INVIERNO SIN TI"
Diego Marín, (2007)
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Amigo José Carlos: esa foto tuya, maravillosa y triste, sosegadora e inquietante a la vez, en perfecta armonía con los versos de Juana Hernández, me ha conmovido profundamente. Siempre es un placer visitarte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.